Dag Hammarskjold
APROPIARSE DE LA BELLEZA
Como el ogro, nos queremos comer a la princesa. Y es así como renovamos continuamente al ogro.
Hablo de la incurable tendencia a apropiarse -en el más grosero sentido- del objeto de la experiencia de la belleza.
Cogemos flores. Nos estrechamos cuerpo contra cuerpo. Y todo para aniquilar la belleza humana, que sólo es propia del cuerpo gracias a una animación de sus líneas, inaccesible al contacto físico.